Conversaciones en el hoyo 19: novela policíaca

—Hoy toca hablar de libros—anunció Juan, cuando todos estaban sentados alrededor de la mesa con el aperitivo, tras una agotadora jornada de golf en la que habían superado todas la expectativas: un menos dos para todo el grupo.
—Me gustaría concretar un poco más en lo que a literatura se refiere—añadió Pascual—. Siempre me ha sorprendido el éxito que ha tenido y tiene la novela policial. De alguna manera refleja lo muy asumida que tiene esta sociedad la delincuencia. Aunque curiosamente, la realidad y la ficción tienen sus diferencias: en la realidad no se suelen pillar a los delincuentes y en la ficción sí. Y cuando en la realidad los pillan, gracias al sistema judicial se suelen ir de rositas, en función de la clase social a la que pertenezcan.
—Hombre. Yo destacaría inicialmente a Conan Doyle y su Sherlock Holmes como de lo mejorcito—propuso Santiago—. Quizás también podríamos añadir a Poe que inició ese tipo de género, aunque particularmente me quedo con el primero.


—Yo añadiría a Agatha Christie—dijo Inés—. Si algo la diferencia de los demás escritores es su originalidad. Tiene libros verdaderamente originales. Por poner un ejemplo, su personaje Parker Pyne es verdaderamente fantástico en sus dos primeros casos. Luego la escritora convirtió a su personaje en un detective mas.
—Soy un fanático de Raymond Chandler y sus libros con Philip Marlowe de protagonista—añadió Juan—. Me encanta el toque cínico e irónico de su personaje que es quien narra sus investigaciones en primera persona.
—Hombre. Si te gusta el estilo cínico y mordaz vale la pena que busques a Mick Herron—dijo Santiago—. No se trata de una historia de detectives. Es de espionaje. Tiene una serie de libros “caballos lentos” que narran la vida de unos agentes del MI5, que han sido apartados del servicio activo y trabajan en una casa destartalada a las órdenes de Jackson Lamb, un personaje verdaderamente especial. La verdad es que me he reído mucho con esos libros.
—Creo que hay una serie de televisión basada en esos libros—apuntó Inés.
—Es verdad, pero nada como los libros—explicó Santiago—. Conste que me gusta como trabaja Gary Oldman y la serie está muy bien.


—Volviendo a la la novela policial, vale la pena mencionar a Camilleri y su inspector Salvo Montalbano en Sicilia—propuso Pascual—. Todo lo que ha escrito Andrea Camilleri merece ser leído, pero sus libros del inspector Montalbano están muy bien y enganchan mucho.
—Ya que estamos en Italia, merece la pena sugerir a Donna Leon y su comisario Guido Brunetti—añadió Inés—. A pesar de que la escritora es norteamericana, su personaje es comisario en Venecia, por cierto donde la escritora vive y en la cual es toda una desconocida, ya que nunca ha querido que sus libros se tradujeran al italiano.
—Lo anoto—dijo Santiago, escribiendo los datos en el móvil. Al acabar de escribir, añadió—: ahora estoy leyendo unos libros sobre el inspector Bosch, escritos por Michael Connelly. Por cierto, estoy a punto de dejar de leerlos.
—¿Y eso?—preguntó Inés.
—Quizás los encuentro demasiado pesimistas, ó tal vez demasiado realistas—contestó Santiago—. Mucha política en la policía, mucho policía delincuente… Incluso te deja la sensación de que en Los Ángeles la delincuencia campa a sus anchas.
—Quizás deberías conocer al otro personaje que creó Connelly—contestó Juan—. Un tal Michael Haller, abogado y por cierto hermanastro de Bosch. Esos libros me han gustado y como a ti, los de Harry Bosch no me han acabado de convencer. La verdad es que una vez lees sus libros se te van las ganas de visitar Los Ángeles.
—Tenéis razón al decir que nos fascina la novela policíaca—dijo Pascual—. Y eso que son pequeños crímenes los que investigan sus protagonistas. Los crímenes importantes, esos que provocan miles de muertes, desgraciadamente no los investiga nadie.