Carta a don Jacinto

Sr. Jacinto Garmendia Álvarez:

Hace unos días, corre el rumor de que se está organizando algún tipo de actividad «lúdica» que servirá para «crear grupo» entre la gente de nuestro departamento.

Me parece una gran idea, a pesar de que hace ya años que este objetivo está prácticamente cumplido, por lo menos en lo que a nuestro departamento se refiere.
Así, a bote pronto, es evidente que tener a alguien como usted, llevando el mando del departamento, ha servido para que se haya ido creando una «asociación de víctimas» entre los que más sufrimos su indiferencia hacia nuestros problemas.

Si hay algo capaz de «crear piña», es evidente que no hay nada mejor que la desgracia de tener un jefe trepa, que solamente se ocupe de escalar, a base de dar codazos por diestro y siniestro, chupando traseros por doquier y apropiándose de las ideas que se nos ocurren a los subordinados.

No piense que nuestra «asociación de víctimas» se compone de unos cuantos desgraciados que lo pasan mal durante las ocho horas que dura la jornada. La verdad es que, con los años, hemos aprendido a disfrutar de ese continuum de luchas de poder entre grupos de personas de nuestro departamento e incluso entre los jefes de distintas secciones, que se han convertido en el principal tema de conversación y de hilaridad, cuando vamos a tomar café.

Tenemos muy asumido que hemos de luchar por nuestra supervivencia psíquica y ese seguimiento que hacemos de todos los arribistas de la empresa (usted el primero, por cierto), nos ayuda a mantener el necesario equilibrio.
Es evidente que nuestro grupo es muy compacto, aunque no abarca todo el departamento. Tal vez por echar de la empresa a los que hacían sombra a los arribistas, nos hemos quedado bastante mermados. Aún así, los que quedamos, nos llevamos muy bien e incluso salimos muchas tardes, al acabar el trabajo, a tomar unas copas ó a cenar, en ocasiones con los antiguos compañeros que cayeron en desgracia.

Supongo que siendo como somos una fracción, su intención, Sr. Jacinto, es conseguir crear un grupo homogéneo que abarque a la totalidad de personas del departamento.

¿Usted cree que es posible poner en el mismo cesto a gente normal, mezclada con pelotas, arribistas, egocéntricos, chivatos, trepas, becarios y subcontratados y además, conseguir que se lleven bien entre ellos?.

Sospecho se trata un error garrafal pensar que pueda funcionar, ni siquiera tras mil horas de coaching intensivo para todos los involucrados.

Lo que hace fuerte a un grupo es que las distintas personas que lo integran, «crezcan» juntos.

Es imposible que un grupo funcione si hay gente que «crece» y otra que «medra», sin importar a estos últimos, los medios para conseguirlo.

De todas formas sabiendo que, como de costumbre, mis palabras van a caer en saco roto y se va a organizar la actividad «integradora», mi sugerencia sería organizar un fin de semana con acampada en cualquier plaza en la que haya manifestación del 15M.

Con un poco de suerte, algún trepa podría descubrir que existe gente, más allá de su ego.

Me perdonará el hecho de que este email sea anónimo. Tal como están las cosas últimamente, es mejor el anonimato ya que, a pesar de la gente que se llena la boca diciendo que en la empresa todo el mundo puede expresar lo que piensa, hay un montón de personas en la calle, por habérselo creído.

Reciba un saludo.

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