El valor de las palabras

Varios años escribiendo artículos. Historias basadas en muchos casos en experiencias propias ó en historias que me han contado.

Muchas ellas hablaban del mundo de la empresa. Posiblemente debido al hecho de que pasamos un tercio de nuestra vida en ese lugar en el que aún se mantiene una dictadura y en el que, como por arte de magia, la gente no se comporta igual que en su casa ó con los amigos.

Durante estos años me consta que muchos de mis compañeros de trabajo me han ido leyendo con regularidad.
No deja de ser significativo que todos los comentarios que he ido recibiendo a raíz de mis escritos, en muy escasas ocasiones han sido hechos por personal de mi empresa.
Eso da que pensar. ¿Qué mundo es ese que impide que las personas puedan expresar lo que piensan?.

Durante años he pensado que mis artículos eran leídos como quien leía en la época franquista, un panfleto comunista.
Mi intención al escribir no era otra que intentar mejorar, humanizar un mundo en el que sigue imperando el miedo.

Protestaba, a mi manera, de ciertas actitudes, de ciertas acciones, quizás porqué no me gustaba lo que veía.
Tal vez fue ingenuo por mi parte pero estaba intentando cambiar aquello que no me gustaba.
No comprendía como ese tercio de nuestra vida podía ser tan diferente al resto de ella e intentaba igualarlo.
Es obvio que una espina de rosal poco puede hacer en la pata de un elefante y es así como lo veo ahora.

Si esa mayoría silenciosa de lectores se hubiera pronunciado, quizás la empresa habría visto que no se trataba de una vulgar espina y hubiera tenido que actuar.
Conste que he notado cambios en estos años.
Aunque dudo tenga que ver con mis escritos.

Sabéis que he tocado muchos temas además de la empresa. La prostitución, mostrándoos al único proxeneta (Santiago) que es una muy buena persona. La inmigración, intentando reflejar el miedo con el que viven aquellos que han de venir a este país para poder seguir viviendo. Incluso he criticado a la policía de hoy en día, que se nutre de personas, que muchas de ellas no pasarían un par examenes psicológicos que demostraran que son normales.

También hemos leído la historia de una madre que viaja en un avión, llevando el cadáver de su hija, hemos conocido a Beatriz, hemos visto como se hacía justicia contra un dictador africano…

Muchos temas. Muchas palabras. Por desgracia, las palabras cada vez tienen menos valor. En muchos artículos he criticado esa moda actual que consiste en actuar de una manera y luego decir lo contrario frente a las cámaras. O ese maravilloso arte que tienen los políticos para engatusarnos con cualquier cosa.

Tal vez por ese nulo valor que cada vez mas encuentro en las palabras, es por lo que voy a dejar de escribir en este blog.
Conste que a mi me ha servido para ir hacia adelante y para poder decir que, por lo menos, lo he intentado.

Siempre he intentado ser consecuente con mis palabras, con mis pensamientos.

Acabo. Muchos pensaréis que el hecho de abandonar mis escritos tiene un cierto componente de coacción.
Quizás alguien me dijo – perdón, insinuó con buenas maneras – que mi trabajo dependía de la continuidad de este blog.
Hubo una entrevista, es cierto, con mi jefe en su despacho.
La entrevista fue humana, cálida, distendida, entrañable. En ningún momento me dijo que abandonara mis escritos.

Al salir del despacho pensé: en treinta años que llevo en esta casa, es la primera vez que tengo un verdadero JEFE.

Algo está cambiando en el mundo de la empresa.

Pero aún queda mucho por hacer.

Os entrego el testigo. Ahora os toca a vosotros.

Subscribe
Notificación de
guest
5 Comments
recientes
antiguos most voted
Inline Feedbacks
View all comments
Anónimo
Anónimo
13 años ago

Es ya muy tarde y no quisiera decir tonterías, así que trataré ser conciso:
1. admito ser uno de los que te ha leído poco (mucho menos de lo que mereces).
2. Te pido disculpas (y no tengo excusas).
3. soy de los que considera una suerte haberte conocido.
4. trabajamos en la misma empresa (y no soy tu jefe), así que también tengo la suerte de compartir ese 1/3 de nuestro tiempo…
5. quería desde aquí agradecerte tu dedicación, constancia y empeño.
Y por último animarte a que no lo dejes.
Si digo una más no seré conciso. Buenas noches.
Con afecto,
Piulet

Anónimo
Anónimo
13 años ago

¿Desde cuándo nos rendimos con tanta facilidad ante un problema? ¿Desde cuándo nos importa el qué dirán? Y, perdona que te diga, pero si alguien se siente ofendido, por algo será, al fin y al cabo, este es un blog que trata temas trascendentales y que están a la orden del día, y es normal que alguna persona se sienta identificada con algo de tus personajes!Si en este mundo no hay libertad de expresión y de pensamiento, ¿a dónde iremos? Creo que estas historias, sean reales o no, sirven para más de lo que te crees, pero no se puede… Read more »

Cornelivs
13 años ago

¿Qué mundo es ese que impide que las personas puedan expresar lo que piensan?.

Un mundo injusto, querido amigo, que necesita personas como tu: personas que expresan lo que sienten y lo que piensan.

A N I M O amigo.

Mucho ANIMO. Y ¡SIGUE CON NOSOTROS!

Un abrazo.

Anónimo
Anónimo
13 años ago

Desde que descubrí tu blog esperaba con ansía una nueva entrada, me gustaba leer tus narraciones, veía cosas que estoy harto de ver en la sociedad o en mi trabajo. Me alegraba ver que no sólo yo veía las cosas así, que no era yo el único consciente de estas situaciones, que no todas las personas son autómatas. Tus escritos me han acompañado un corto período de tiempo, pero de forma intensa, gracias por haber compartido con todos nosotros tus experiencias y pensamientos. Esperaremos que algún día vuelvas a sentir la necesidad de hacernos participes de tus pensamientos en tan… Read more »

Isabel Romana
13 años ago

Querido amigo, siento que dejes este blog, pues tus historias siempre tenían mucho que enseñarnos, ya que al ver reflejadas en palabras actitudes que quizá conocíamos pero no habíamos visto bajo esa luz, nos ha abierto los ojos a muchas cosas. No sé qué pensar. En cualquier caso, continuaré en mi sitio y espero que de vez en cuando vengas a verme. Y si algún día continúas escribiendo, en éste o en otro blog, no dejes de avisarme. Un abrazo muy fuerte y que sigas tratando de mejorar el mundo.