– Buenos días señor.
La dependienta es una chica de alguna parte de América. Delgada, morena, con unos ojos grandes y expresivos. Se pasa la mano por los ojos para limpiarse las lágrimas. Me pregunto la razón de aquellas lágrimas. Bronca del jefe, quizás de su marido, algún problema con los hijos…
Me mira y se lanza con el guión que ha de decir a todos los clientes:
– ¿No le gustaría comprar un número de la Cruz Roja?. Le pueden tocar muchos millones.
– Si cada vez que me ofreces un número de lotería te lo comprara – le digo – hace meses que estaría arruinado.
– Así tendrá más posibilidades, señor – me contesta.
– En eso tienes razón. Aumentarían mis posibilidades. Pero, la verdad es que no necesito dinero y no creo en el que viene del cielo.
Tengo trabajo y he aprendido a vivir con lo que tengo…
– En ese caso, son cuarenta euros del gasoil – me dice la chica con una sonrisa.
– No. Cóbrame el gasoil y un número de lotería – le digo.
Anota la cantidad en la registradora, le entrego mi tarjeta y el DNI y espero a que salga el recibo. Ella me lo da, junto con la tarjeta y el DNI. Firmo el recibo y se lo doy.
– Muchas gracias – le digo -.Que tengas un buen día.
Cuando llego a la puerta la chica me grita:
– ¡Señor!. ¡Se deja el número de lotería!.
– Lo sé. Es para ti. Guárdatelo. Es tuyo.
– No puedo quedármelo.
– Desde luego que si. Te lo mereces mucho más que yo. Espero y deseo te toque una buena cantidad. Si hay algo que me parte el corazón es ver a una mujer llorando. Quizás este gesto te ayude a ver tu problema de otra forma.
La dejo allí. Se queda sonriendo.
Me subo al coche y me voy.
Hay detalles que nos hacen estar bien con nosotros mismos.
Saludos.
me ha encantado
Gran corazón el tuyo…
Gracias por compartir.
Saludos.
Muchas gracias por tus líneas, Isabel. Conste que eso de la lotería merece capítulo aparte.
Yo estoy convencido, Toy folloso de que, gracias a la lotería, me ahorro muchos impuestos.
Si todo el mundo pensara como yo, el Estado tendría que inventarse otro impuesto, para compensar la lotería, que tanto les da.
A veces pienso que soy un privilegiado por apañarme (y conformarme) con el dinerillo que va entrando.
Precisamente por ello, entiendo el mensaje de tu post.
Nos tocaría la lotería y seríamos más ricos, pero probablemente no tan felices…..
Me ha gustado esa generosidad de comprar un billete de lotería para regalárselo a ella. Besos, querido amigo.
Mi error fue escribirlo en primera persona.
Eso convierte la historia en personal y no era mi intención que así fuera.
Es una historia.
Quizás el personaje era yo.
Quizás me lo inventé.
Quizás me lo contaron ó fui testigo de ello.
A saber…
Me ha emocionado este gesto, amigo Luis.
Un fuerte abrazo…!
Tiene usted un gran corazón D. Luís. Pienso yo que es acorde con su humanidad. Ceda usted sus células «Padre» para reciclar a tanto Cabrón suelto por el mundo…
Un abrazo
Don Luis es usted un trozo de pan.
A pesar de estar razonablemente preocupado por los nuevos eventos que asoman por su geografia vital, su bonhomía resolverá la situación.
Salud.