La caja de embalaje

El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo.
Proverbio chino.


Tras accionar el mando a distancia, esperó a que se abriera la puerta del aparcamiento, mientras pensaba en la agotadora jornada de trabajo que, por fin, se había terminado.

Una vez libre el paso, hizo bajar el coche por la rampa y se dirigió a su plaza, la número once.
– ¿Qué es eso que hay en mi plaza? – se preguntó, parando el coche.
Puso el freno de mano y bajó. En medio de su plaza había una caja. La caja de embalaje de una impresora. Estaba abierta y – miró dentro – vacía.
– ¿Quién habrá tirado aquí esta caja?. ¡Pandilla de guarros!.

Sin pensarlo más, dio una patada a la caja, desplazándola a la plaza de al lado, la número nueve. Luego aparcó el coche y subió en el ascensor a su casa, olvidando el asunto.

Cuando llegó la vecina de la plaza nueve también dio una patada a la caja, que fue a parar a la plaza siete. Luego aparcó el coche y subió a su casa.

Lo mismo hizo el propietario de la plaza siete. Como la plaza cinco ya estaba ocupada por un vehículo, la mandó a la tres, que estaba libre. Sin embargo la última patada fue tan fuerte que desplazó la caja, a la plaza uno.

Luego llegó el propietario de la plaza tres, quien aparcó el coche y subió a casa.

A las once de la noche llegó el último propietario de la zona impar del aparcamiento. Se trataba de una enfermera que había terminado su turno de tarde, en el hospital.
Vio la caja en su plaza y tuvo que bajar del coche para apartarla.
– ¿Quién demonios ha dejado eso en mi sitio? – se preguntó indignada -. ¡Ah!. ¿Quién, si no?.
Recordó su reciente pelea con el vecino del piso de arriba, el propietario de la plaza de su lado, la tres.
– Ese cabrón no ha dado el tema por terminado y vuelve a la carga.

Recordó que ella había subido a su piso para decirle que su perro la molestaba con sus ladridos y él, de malos modos, le había dicho que ella lo molestaba con sus gritos, cuando follaba y se lo había dicho con esta misma palabra, el muy cerdo.

No se lo pensó dos veces.
Cogió la caja, la llevó al ascensor y subió hasta su casa. Una vez en su rellano, subió por la escalera al piso de arriba y sin hacer ruido, dejó la caja delante de la puerta de aquel cerdo.
Luego bajó a su piso y entró en su piso.

Al día siguiente, cuando el vecino salió a trabajar, tropezó con la caja. Tras dar un puntapié a la misma, quedó la caja delante de la puerta de un vecino recién trasladado. Quizás, pensó, era una de las muchas cajas que el vecino había empleado para llevar enseres a su nueva vivienda. Luego entró en el ascensor, bajó al aparcamiento y dirigiéndose a la plaza tres, subió a su coche y se fue a trabajar.

Cuando el vecino recién trasladado descubrió la caja, la dobló, la llevó a la calle, y la depositó en el contenedor destinado al papel y cartón reciclable.

Horas más tarde, al medio día, la vecina de la plaza uno del aparcamiento, la enfermera, al ir a subir a su coche, se quedó de piedra.
Alguien había rallado todo el lateral izquierdo de su automóvil, con un objeto punzante. Se veía una cierta saña en la acción, ya que el rallado era muy profundo y no se había limitado a una ralla. Había muchas y por todos los lados.
Rabiosa, subió al coche y salió del aparcamiento. Antes de ir al hospital, se detuvo en la comisaría de la policía para hacer una denuncia.

Un mes más tarde el vecino del piso de arriba de la enfermera, recibió una carta certificada en la que se le ordenaba a asistir como acusado, a un juicio de faltas, en el juzgado número cuatro.
Éste tuvo que contratar a un abogado y, el día del juicio, fueron ambos al juzgado.

No duró mucho el juicio.
Fue sobreseído por falta de pruebas y de testigos. El único testimonio que había aportado la enfermera, solamente había escuchado la bronca de aquella tarde en la escalera y no había visto a nadie rallar el coche en el aparcamiento. No hubo amenazas y no había base alguna para la acusación.
Al salir, el vecino empezó a reírse a carcajadas de la enfermera y ésta se marchó roja de ira.

Aquel fin de semana, el vecino de la plaza tres tuvo un accidente. Estuvo seis horas en el quirófano pero su corazón no pudo resistir y murió.
Oficialmente el accidente se debió a la pérdida del retén del líquido de frenos del coche.

La vecina del primero, propietaria de la plaza nueve del aparcamiento había descubierto una cajita con un destornillador dentro, bajo el colchón de la cama de su hijo Carlos, de seis años. Se acordó de lo que le había contado un vecino sobre el coche rallado y el juicio. Llamó a su hijo y le enseñó el destornillador, con manchas de pintura.

– Carlitos. ¿Para qué lo usabas? – le dijo poniendo el destornillador delante de sus ojos.
– Pa para nada – tartamudeó el niño – de verdad, mamá.
– ¿Para rallar coches, por ejemplo?. ¿Rallaste el coche del fondo del aparcamiento?. ¿El de la enfermera?.

Carlitos se puso a llorar.
– Lo hacían los otros niños del cole, en la calle – balbuceó – no lo haré más.
– ¿No lo harás más?. Desde luego que será la última vez, Carlitos. En un mes no habrá más televisión ni Nintendo. Y ahora mismo vas a venir conmigo a casa de la vecina a decirle lo que has hecho y a pedirle perdón.

Cuando la enfermera cerró la puerta, después de escuchar lo que le habían dicho la vecina y su hijo, estaba al borde del desmayo.
– No puede ser – pensó -. ¿Qué he hecho?. ¿Cómo puedo ser tan estúpida?. ¿Cómo pude pensar…?.

Se sentó en el sofá, mareada. Desde el accidente del vecino, tenía pesadillas cada noche. Ahora, pensó, no iba a poder dormir.

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Ludwig
16 años ago

Muchas gracias, Casandra.Muchas veces pienso aquello de «consejos vendo, para mi no tengo».Viniendo de ti, María Jesús, es un verdadero placer tu comentario.Reggis Frape. Me has dejado anodadado.Muchas gracias.Un abrazo (a repartir). Luis

Reggis FraPe
16 años ago

Amigo, un besote.Oye te tengo un regalito, pasa al blog por el…chaux

María Jesús Lamora
16 años ago

Me encanta cómo escribes.Te lo digo en serio.Un abrazo sincero.

CASANDRA
16 años ago

Dicen por ahí: «No prometas nada cuando estés demasiado contento… No escribas una carta cuando estás demasiado enojado…» Ultimamente me lo digo varias veces al día….y debiera hacerlo y cumplirlo muchas más… Un encanto tu relato.

Sil.*
16 años ago

Luis!! Solo he pasado a dejarte un enorme saludoSil

Ludwig
16 años ago

Totalmente de acuerdo con tu puntualización.Conste que la frase era de Wilde y la supongo de una época en que discutir tenía otro sentido.La televisión hace muchos años que la tengo apagada, salvo para algún programa ocasional de debate o una película puntual (sin anuncios).Siempre he creído que es mejor leer un buen libro, ya que requiere usar el cerebro.De ahí que no tenga idea de la culpa que pueda tener dicho aparato en despojar ciertas palabras de su sentido propio. Quizás, si los políticos hacen mucho uso de la caja tonta, sea esta la razón de ello.Me ha gustado,… Read more »

MadHatter
16 años ago

Corrígeme si me equivoco pero la acepción formal y propia de discutir es justamente el someter a debate un tema a fin de examinarlo, otra cosa es lo que por discutir se quiera entrever en los programas de televisión y más tarde lo que de allí entienda la gente. Simplemente era una puntualización, pues obviamente se comprende hacia que sentido iba dirigida el lema del blog; pero en parte lo puntualizo con ánimo de abolir ese referente cultural que es la televisión que termina por despojar del sentido propio a las palabras para transferirlas uno un tanto más…cómo decirlo?? Laxo… Read more »

Ludwig
16 años ago

Si entiendes «discutir» como «contender», como intentar «imponer», la frase tiene el sentido que yo quería darle.Otra cosa sería «debatir», como «profundizar», como intentar exponer las ideas propias sin más ánimo que ahondar en el tema, estando abierto a todas las opiniones.En este caso verás que no estoy cerrándome al debate y si a la discusión.

MadHatter
16 años ago

Por mucho que el pensamiento trate de ocultarse siempre trasluce. «Sólo discute quien está intelectualmente perdido». Estaba demasiado en grande como para ignorarlo. Y: Si algo no te gusta, no lo critiques… Cámbialo. Sólo apuntaba maneras.Por cierto si se me permite la promoción:http://guerrilladiezcomasiete.foroportal.es/SHEMHAMFORASH

Rossana
16 años ago

Este es un efecto mariposa que no ha sido provocado por el movimiento de la caja sino por el enceguecimiento humano. Saludos

Ludwig
16 años ago

Sil. Menos mal que me lo has aclarado. Estaba un poco preocupado.Un gran beso.María Jesús. Di mejor que algunas veces NOS engañamos. La realidad la construímos nosotros. Si algo me fascina es el hecho de que mis historias sean mi realidad. Casi siempre basadas en otras realidades, pero con mi toque, que la hace mía.Madhatter. ¿Por qué no pueden discutirme quienes no asumen mis principios?. Conste que mi intención no es establecer principios. La idea es contar historias que hagan reflexionar y tomar posiciones, pero quizás mis comentarios puedan dejar muy clara mi manera de ser.Tal vez tenga que automoderarme.¿Van… Read more »

RED FISH
16 años ago

Estimado, me gustó mucho su relato. Bien llevado, y para detenerse a pensar. Cuantas veces uno no hace algo que no le corresponde por que requiere un mínimo de esfuerzo? Ninguno de los que pateó la caja se le podría haber imaginado en lo que finalmente terminaría su patada, pero tanto les costaba agarrar la caja y tirarla? En cien situaciones similares tirar la caja no hubiera cambiado nada. Pero en una sí lo hubiera hecho. No valía es esfuerzo?Sds, RF.

MadHatter
16 años ago

Interesante blog. Así como sus lemas. Toda una declaración de principios, lástima que quienes no se adhieran a ellos no puedan discutirte, no sabes lo que te pierdes en el debate. Justamente eso perderte. Mucho mejor que el estatismo que provoca el verse sumido en el lugar que te corresponde.SHEMHAMFORASH

María Jesús Lamora
16 años ago

A veces nos engañan tantas cosas, verdad?Y la realidad supera a la ficción.

Sil.*
16 años ago

Luis AMIGO!!Como no puedo frecuentarte como antes, siento que comienzo a extrañar la visita a tu blog y por lo tanto, comienzo a extrañarte también!!Besos enormes!!Sil

Ludwig
16 años ago

Flaca.Casi me quedo con lo que dice Neurotransmisores: las emociones NOS engañan.Sophie. Me inclino a cambiar esta frase tuya por: …el defecto que «solemos» tener mucha gente de pensar mal…Todos caemos en ello.Susana. Me alegro de que te haya gustado el escrito. Desde que conocí el efecto mariposa, no mato insectos, por lo que pueda pasar en el futuro.Sil.Sospecho que tengo en ti una verdadera «incondicional» de mis escritos.Gracias por estar aquí cada semana.Por cierto, no acabo de entender el«se te extraña mucho» de tu P.D.Sauvignona.Lo malo no son sólo las apariencias. Diría que nuestros pensamientos son los que acaban… Read more »

sauvignona
16 años ago

mi padre sie pre lo dijo»las apariencias sie pre engañana»..ahora…yo digo…a veces es tarde para darnos cuenta …pero…por lo menos nos dimos cuenta …..un beso enorme!!

Sil.*
16 años ago

Luis, AMIGO!! Es incríble lo ciego que somos los humanos a la hora de convivir y de vivir. Algo tan simple como una caja fuera de lugar puede hacer estallar la ira y las demás sensaciones y sentimientos primitivos del hombre.Tu historia parece un relato, y en efecto lo es, pero también es el vivo reflejo de que tan perdido estamos a la hora de tolerar y convivir.Gracias por recordarlo AMIGO!!Besos enormes.SilPD: Se te extraña mucho!!Sil

susana
16 años ago

Magnífico ejemplo del «efecto mariposa». La historia de estos vecinos hubiera sido otra, si acaso la caja de embalaje no hubiera «perturbado» esa convivencia.Creo que has leído a Lorenz en Esencia del Caos…y lo has interpretado en forma excelente.Muchas Gracias por el bello relato amigo!

Sophie
16 años ago

Muy buen relato, nos va conduciendo por una serie de caminos sin que nos esperemos el final. Se cumple el defecto que suele tener mucha gente de pensar mal, de no hablar ni dialogar para resolver nada, sino presuponer la maldad de la otra persona. Impresionante.

FLACA
16 años ago

Las apariencias engañan; y, a veces, es demasiado tarde para reconocerlo.

neurotransmisores
16 años ago

A veces las emociones nos engañan.