Ramona y la encuesta

El director estaba hablando por teléfono cuando ella llegó. Le hizo ademán para que entrara y le señaló una silla. Ella se sentó y esperó a que terminara la conversación.

Un par de minutos después el director colgó el teléfono y dijo:

– Hola Ramona. En su calidad de Directora de Recursos humanos, creo que debe saber que desde la Central de Europa, han encargado una encuesta de satisfacción para el personal fijo. Como siempre, quieren saber si nuestros empleados están a gusto en nuestra empresa.
– Si. Algo he oído.
– Pues me gustaría que, a diferencia con la encuesta de hace tres años, los resultados fueran positivos. Supongo que, en el tiempo transcurrido, algo se habrá hecho para mejorar la situación de los empleados, ¿no?.
– Si. Desde luego. Se ha hecho publicidad interna de la empresa, cursos de motivación, cursos de empatía, se han organizado cenas al finalizar muchos proyectos…
– Bueno. Espero que haya servido de algo todo eso. La encuesta ha sido encargada a una empresa extranjera y se hará a través de una Web, a la que se conectarán los trabajadores, que deberán cumplimentar un cuestionario. De forma anónima, por cierto. Usted se encargará de enviar el link a los trabajadores. Hable con la central de Europa y póngase de acuerdo con las fechas y demás detalles.
– De acuerdo.

Ramona salió pensativa del despacho. Nunca había entendido a su personal. Para ella, la Multinacional era la mejor empresa del mundo y, sin embargo, había un sinfín de trabajadores que no compartían su criterio. Se premiaba la antigüedad, había regalo navideño, no se pagaban horas extras pero se daban días de compensación cuando se acumulaban más de ocho horas en el cómputo del trabajador, había una tienda para comprar los productos de la empresa, algo más cara que en el mercado, pero cómoda, incluso aparcamiento para los trabajadores, comedor de empresa y horario variable que permitía al trabajador tener una holgura al entrar y al finalizar su jornada.
Y la última encuesta le puso de manifiesto que había un alto porcentaje de personal que no estaba a gusto. No lo entendía.

Una vez en su despacho, tras una charla con la Central Europea, llamó a los distintos jefes de Personal y les comunicó la noticia. Notó como intercambiaban entre ellos miradas de apuro, ya que recordaban el mal ambiente que se creó en RRHH cuando llegaron los resultados de la anterior encuesta.
– Hemos de asegurar una respuesta positiva por parte de los ochocientos trabajadores – comunicó Ramona – .¿Alguna idea?.
– Podríamos preguntar discretamente – dijo Luna.
– ¿Te encargas tú, Luna? – preguntó Ramona.
– Si, claro.

Pasó una semana y Luna fue al despacho de Ramona.
Le contó que había hablado con varios departamentos de servicios, de esos que tienen trato con la mayoría de gente de la casa.
– Por lo que me han dicho, el ambiente está enrarecido. Hay treinta departamentos en los que el diálogo entre jefe y empleados es nulo. Unos quince en los que hay grandes niveles de ansiedad por exceso de trabajo. La mayoría están saliendo a las diez y a las once de la noche. Y unos diez casos de acoso.
– ¿Acoso?. ¡En esta empresa no existe el acoso!. ¿El único acosador que ha habido ya fue despedido!. ¡Todo eso son patrañas!. ¿Ansiedad?, ¿falta de comunicación?. No me lo creo. Esa no es la razón. Llevamos años enviándoles emails publicitarios, poniendo anuncios en los pasillos, explicando las bondades de la empresa, que no son pocas. Lo que esa gente sólo tiene un nombre: ¡gentuza!.

Dos semanas más tarde Ramona envió el link de la web en que estaba la encuesta anónima a todos los empleados. Al pulsar el botón “enviar” notó un escalofrío en la espalda.
Cuando llegó el último día de la encuesta, Ramona se conectó a la Web y contestó a todas las preguntas. Estaba preocupada. Desde luego había descartado las opiniones de Luna por estúpidas. Confiaba en la campaña publicitaria que había promovido.
Ojalá hubiera alguna forma de conocer las respuestas del personal. Saber quienes tenían una actitud negativa con la empresa, con el trabajo. Ya se encargaría ella de darles un poco de profesionalidad a esa pandilla de inútiles.

Mientras pensaba esto, cerró el explorador y se dedicó a contestar correos. A las siete de la tarde se conectó a su supermercado e hizo su pedido semanal. Luego, por error, volvió a pulsar en el link de la encuesta y aparecieron las primeras preguntas de la misma.
Datos personales, nombre de la oficina..
Pasó la página. ¿Disfruto con mi trabajo?, ¿soy reconocido cuando realizo un buen trabajo?.
¡Estaban todas en blanco!.

Cerró el navegador y lo volvió a abrir. Pulsó el enlace. Volvió a aparecer la encuesta en blanco.
La volvió a cumplimentar, paso por paso. Llegó al final, pulsó al botón guardar y cerró el navegador. Abrió el navegador y se volvió a conectar. ¿La encuesta volvía a aparecer en blanco!.
Empezó a reír. Primero de forma suave. Luego, al ver todas las luces de los despachos de alrededor apagadas, se dejó llevar por las carcajadas.
¡No había control de las veces que hacía la encuesta una persona!.

Con una sonrisa, se secó las lágrimas provocadas por sus carcajadas, descolgó el teléfono y llamó a su marido.
– Voy a llegar tarde a casa. No me esperes para cenar – le dijo.
Luego sacó las cifras de la encuesta anterior. Descubrió un treinta por ciento de gente que no la había hecho. De ochocientas personas que había en este momento, doscientas cuarenta sería el treinta por ciento. Por si acaso, se fijó como meta rellenar doscientas.

Luego se puso a trabajar. Salió de la oficina a las cuatro de la mañana.

Al día siguiente notaron todos que Ramona estaba de mejor humor que nunca. Incluso se permitió hacer un chiste.

Un mes más tarde el director recibió el informe desde la Central europea. Llamó a Ramona.

– Bueno. Las cifras son mejores que la otra vez. Antes había un cuarenta por ciento de encuestas negativas y ahora hay un diez. Esto es un éxito. Hubiera preferido un cero, pero me conformo.
– Ya ve usted – contestó Ramona – que de algo ha servido la campaña de concienciación del personal. La verdad es que, durante los últimos tres años hemos trabajado mucho para conseguirlo. Mi equipo se ha esforzado mucho.
– Muchas gracias, Ramona.

Ramona se levantó de su asiento y fue a la puerta. Al ir a abrirla, oyó como el jefe la llamaba.
– Ramona. Una pregunta más.
Se dio la vuelta.
– ¿Cuanto personal externo tenemos más ó menos en esta sede?. Gente subcontratada, personal que no es fijo…
– Calculo que unos trescientos.
– Ochocientos menos trescientos son quinientos trabajadores fijos de la empresa. ¿No?.
– Si, claro.
– Entonces, ¿cómo se explica que hicieran la encuesta seiscientas personas?. ¡Me la han invalidado por fraudulenta!.

Ramona notó como ardía su cara. Deseó que se abriera el suelo y se la tragara.

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Ludwig
16 años ago

Pues entonces yo soy «flaco», Flaca.Reggis_Frape. Ya no te me escapas. Te iré leyendo. Me gusta lo que dices en tus escritos.Sil. Conozco tu país y es muy hermoso. Es un lugar maravilloso para vivir.Flavia. No te acostumbres. Me has hecho pensar y eso no es masculino, jajaja.Neurotransmisores. Lo que cuento, en parte lo he vivido. Lo único inventado es el final con el director.Textosdesorganizados. Gracias por tu comentario. Con un poco de suerte eso ha de cambiar en el mundo de la empresa.

textosdesorganizados
16 años ago

Muy buen cuento, y muy real.La gente en las empresas, piensa que porque le pagan a uno, ya nos están haciendo un favor. Cuando en trabajar debe existir un gane muutuo…Y además el fraude, buenísimo…Saludos.

neurotransmisores
16 años ago

El reflejo de la realidad:»todo vale con tal de agradar a los jefes».

flavia
16 años ago

caballero, pase por mi blog, que me tomé el atrevimiento de darle una tareilla…un beso!

Sil.*
16 años ago

Luis:Es un placer hacerme un espacio para visitar a los amigos. Eso no requiere esfuerzo sino compromiso.Te cuento que (bajo mi lupa) Uruguay es un pequeño rinconcito del mundo que quizás tenga muchas cosas truncadas y también muchas bellezas. En realidad todo lugar tiene algo especial que lo hace único. En cuanto a la democracia existe, pero cada uno es dictador de sus propias acciones, por lo tanto, te puedo decir que yo particularmente vivo en una exquisita democracia que no cambio. También creo y esto más allá de la historia, que la libertad así como la felicidad, es una… Read more »

Reggis FraPe
16 años ago

Un Beso Ludwig, gracias por tú visita a mi blog.Chauxxxx

FLACA
16 años ago

Si mis visitas sirven para motivar nuevas historias, volveré seguido por aquí. En uruguayo, «Flaca» es flaca; a mis amigos les gusta llamarme así porque durante toda mi vida he sido muy flaca.Un saludo.

FLACA
16 años ago

Si mis visitas van a servir para que inventes nuevas historias, volveré aquí muy seguido.Y no se te haga raro mi nombre, en uruguayo «Flaca»es «flaca»,mujer que nunca pesó más de 50 kg.(excepto ahora),pero así les gusta llamarme a mis amigos.Saludos.

Ludwig
16 años ago

Muchas gracias, Flavia por tu visita.Lo triste de este mundo es que todos tengamos experiencias similares del mundo de la empresa.Sauvignona. Uf. ¡Que bonito!. ¡Vaya subidón de mi vanidad!.Susana. Yo voto para que el jefe de Recursos Humanos, sea, precisamente, HUMANO.Gracias por tu visita Reggis Frape.Sin ánimo de decir siempre lo mismo, además de los jefes de RRHH nosotros también necesitamos humanidad.

Reggis FraPe
16 años ago

Que buena historia, esa ceguera de las personas, que quieren creer que se vive en un mundo casi perfecto, es de las cosas que han llevado al mundo donde esta.Pero no solo ocurre en las empresas, también cuando caminas por la calle con tú familia e ignoras a aquel que te pide una limosna o te enfada que la persona con muletas no camine mas aprisa.En fin la indiferencia y las pocas ganas de ayudar a los demás nos han llevado a el mundo que ostentamos hoy día. Saludos

susana
16 años ago

Querido Luis: «Ramona y la encuesta» ha disparado reflexiones más auténticas y reveladoras, que las pueriles y frías encuestas de las empresas.Voto para que se incluya en el Manual de Uso del Departamento de Relaciones Humanas. Claro, si acaso realmente quisieran la verdad acerca del personal.Un abrazo amigo!

sauvignona
16 años ago

me gusta la forma de la naeeacion…muy simple y sustanciosa…es como beber un buen vino…se saborea en silencio…

flavia
16 años ago

Mi última entrevista de trabajo, fue en una empresa así.Y todo tiene un tufillo…cómo decirte…parece que estuvieran diciéndote al oído «Mirá cómo te conformo para que seas mi empleado ideal». Y tantas sonrisas y esa falsa disposición, y los afiches en las paredes mencionando cuánto crece una persona al trabajar allí…No, no, no…Yo quiero trabajar, no que me traten como a una idiota y me hagan creer que lo soy.Ha sido un placer mi primera visita, Ludwig. Un abrazo!

Ludwig
16 años ago

Sil. Mientras no te saltes las vacaciones para leerme…Ha de estar hermoso Uruguay en esta época. Aprovecha que es verano en tu país y disfruta de las maravillosas playas que tenéis. Además tengo la sensación de que es uno de los escasos países con verdadera democracia.¿Es así?.Gracias Helena por tu comentario. Comentarios como el tuyo son los que me hacen seguir escribiendo (pobres lectores, por cierto, que tienen para rato). Un abrazo. Luis

Helena
16 años ago

Un relato muy bueno, entretenido, ameno, y no falto de crítica. Me ha gustado mucho. Un abrazo, Luis.P.D. El título de tu blog me parece todo un hallazgo.

Sil.*
16 años ago

Bueno Luis, aquñi estoy, sin terminar con mis vacaciones, pero hacíendome un espacio para visitarte. Ya te tocará!!Es increíble como se pasan por alto los detalles cuando nos aferramos a un objetivo. Ya solo vemos la meta y no el camino. Pobre Ramona!! Como siempre, un placer leerte y también saber que esta, es mi casa.Muchas gracias, amigo!!Besos uruguayos!!Sil

Ludwig
16 años ago

Si he conseguido entretenerte, me doy por satisfecho, Flaca. Y si piensas volver por aquí, eso me motivará para contar mejores historias.Se me hace raro tu nombre ya que, creo, flaca se utiliza en Argentina para referirse a una mujer, en genérico. Lo mismo que decir «mina».¿Me equivoco?. Gracias por tus líneas, Ana Ortiz. Hay por mi blog un comentario sobre ese intentar agradar a los demás. Tiene incluso un nombre: el síndrome de Mari Pili.

Ana Ortiz
16 años ago

Pobre Ramona, creo q no podía asumir q algo no andaba bien en la empresa, prefirió taparlo y adular a sus superiores y le salió mal. A veces por complacer en extremo terminamos arruinándolo todo.

FLACA
16 años ago

Luis, hace un tiempo que te conozco de encontrarte en los blogs de mis amigos. Hoy vine a visitarte. Y lo que encontré aquí me gustó mucho, y también me tocó. He leído algunos de tus cuentos y veo que, a pesar del océano que nos separa, todos estamos dentro de la misma aldea.También aquí clamamos por verdad y justicia; también aquí empezamos a manejarnos como en la empresa de Ramona; también aquí existen muchas Ramonas,esos mandos medios (que a veces son los peores) más interesados en los resultados y en conservar sus puestos que en las personas reales que… Read more »

Ludwig
16 años ago

Muchas gracias, Germán Ulrich por tus palabras.Estoy seguro de que algún día se jubilará la «vieja guardia» y vendrán elementos que darán otra vida a los trabajadores.Donato. Llámame de tu. Después de leer tus escritos es como si hiciera tiempo que nos conocemos.Muchas gracias por tus líneas. Luis

Donato
16 años ago

Coindico con usted, Ludwing. Tengo la sospecha que en la vida real estos fraudes no salen a la luz.Hermoso texto, por cierto.

Germán Ulrich
16 años ago

Hola Luis. El cuento, además de ser muy bueno, refleja una situación común, no sólo en las empresas multinacionales. Me alegra haber andado por aquí… Un abrazo

Rossana
16 años ago

Gracias, Luis. Ahora sí lo entendí. Lo que son los términos y sus significados.Varían diacrónicamente. Menos mal que pregunté, no? Ahora sí estoy de acuerdo con la afirmación. Besos.

Ludwig
16 años ago

Con la palabra discutir, me pasa lo mismo que con tolerar.Son palabras con varios significados.Si al discutir te refieres a profundizar en un tema, abriendo la mente para no cerrarte a tus propias convicciones y aceptar que las ideas ajenas pueden ser mejores que las propias, prefiero llamarlo dialogar, debatir, como bien dices, Rossana.Discutir, en esta época, es intentar imponer las opiniones propias sin aceptar la validez de las ajenas.La frase – por cierto de Oscar Wilde – se refiere a este segundo caso, a la imposición.Es curioso que con el tiempo las palabras pierden ó cambian su significado.Estoy seguro… Read more »

Rossana
16 años ago

Hace tiempo que te quiero preguntar esto: ¿Por qué el blog se llama así? ¿Por qué no discutir?Discutir no es debatir? Y debatir no ayuda a encontrar el intelecto si está perdido? Me dio curiosidad ese título. Recién tuve un problema para entrar aquí porque cliqueé en el vínculo que yo había hecho para tí y me salió una pág. para adultos. Y lo volvía a poner y otra vez aparecía lo que obviamente no era tu blog. Entonces lo suprimí y lo volví a ingresar y ahí me quedé pensando al ponerlo por qué se lo habías puesto. Estoy… Read more »

Ludwig
16 años ago

Gracias por tu visita, Rossana.Tengo la sospecha de que en la vida real no suelen descubrirse estos fraudes.K. A esas actitudes las llamamos «cultura de empresa» lo que viene a ser tan grotesco como «inteligencia militar».Bien venida, Zombiegirl. A mi tampoco me gusta trabajar (y menos cumplimentar encuestas).Pues parece que tu descripción de la empresa, Susana, se ajusta bastante a la que ha servido de base para mi escrito.Es curioso constatar que si vivimos en una democracia, cuando trabajamos, estamos sujetos a una dictadura.¿Aprenderán algún día los empresarios que cuidando mínimamente al trabajador, éste rinde mucho más?.En mi empresa, lo… Read more »

SUSANA
16 años ago

Me vino a la mente «tapar el sol con la mano». Qué buenísimo Luis!Estas empresas «modernas», generalmente multinacionales y gerenciadas por individuos con un librito bajo el brazo con el rótulo de «couching», duermen el sueño de los justos. Creen que han conquistado la ansiada disciplina militar para sus filas.Ni por un momento se detienen a monitorear los cargos intermedios, donde pululan las Ramonas.Olvidan que los gigantes suelen tener los pies de barro, algo que raramente muestran las encuestas.Me agradó la dinámica de este nuevo cuento y sobre todo, los diálogos. Un abrazo amigo!

ZombieGirl
16 años ago

Ja es una grosa esa Ramona!!! posta empece a leer y queria saber donde demonos terminaba todo… muy bueno jeje…. = a nadieeee le gusta trabajar!!! .. creo jjajaja, bueno a mi no.. lalalAdios!

K
K
16 años ago

¿Sabés cual es el jodido problema? Los yankees creen que con sus «encuestas motivacionales», «reuniones de personal», «regalitos (miserables) de fin de año» y todas esas payasadas la gente se motiva. Vamos. Están perdidos. Esos tipos no saben que a nadie le gusta laburar.El cuento igual es genial. Me parecio muy bueno. Y a Ramona le cabió el barandazo.Saludos!K

Rossana
16 años ago

Aquí estoy leyendo este cuento. Esperemos que siempre ocurra así y que los fraudes sean descubiertos. Pasé un buen momento leyéndote. Saludos