No hace mucho me recomendaron la obra de Ayn Rand (1905-1982).
«Los que vivimos» es un libro que narra la vida de una mujer independiente, en la Rusia totalitaria de los primeros años del comunismo.
Este libro fue «pirateado» por la Italia fascista de Mussolini, haciéndose dos películas basadas en el libro. Esas películas fueron todo un éxito en Italia y sirvieron de propaganda anticomunista.
Incluso se proyectaron en España, en época de Franco, con el mismo objetivo propagandístico que en Italia.
Fueron precisamente los alemanes de la Alemania nazi quienes descubrieron el verdadero alcance del mensaje de Ayn Rand, cuando recibieron de los italianos las dos películas basadas en el libro y las visionaron.
Inmediatamente recomendaron a los italianos su retirada de los cines.
El mensaje del libro no es únicamente anticomunista. También es anti-totalitario.
De ahí que los alemanes se enfurecieran al ver las películas.
«El manantial» narra la historia de un arquitecto con ideas propias. Su lucha por salir adelante manteniendo sus principios, en un mundo – el nuestro – en el que la innovación y la integridad no son aceptados por la sociedad.
King Vidor hizo una película sobre el libro, de la que he extraído el fragmento del discurso de Howard Roark, el arquitecto (Gary Cooper), al jurado que le juzga por dinamitar un edificio diseñado por él, pero cuyos planos fueron modificados por el ayuntamiento, sin su consentimiento.
Vale la pena leer el libro, por cierto.