Luna recobra la ilusión

Luna había madrugado esa mañana.

Había tenido que dejar folletos de propaganda interna en las mesas de todos los trabajadores de la oficina, antes de que éstos llegaran.

Esta vez se trataba de algo que iba subtitulado como «el compromiso de la Multinacional con la sociedad».
En ese documento se hablaba del concepto «valor compartido», consistente en, además de gestionar el negocio para los accionistas, también para la sociedad.
Para ello, en cuatro apartados indicaban las cuatro áreas en las que la Multinacional aplicaba el «valor compartido»: agricultura y suministro; manufactura y distribución; recursos humanos y nutrición, salud y bienestar.

Trabajando como trabajaba en Recursos Humanos, la lectura de los ejemplos de «valor compartido» que se referían a su área, le parecían una verdadera mentira, un bote de humo, que no conseguiría convencer al personal que conociera mínimamente la empresa.
¿Como podían decir que estaban asumiendo el compromiso de igualdad de oportunidades y diversidad, de dar prioridad a la política de promoción interna, cuando la realidad era otra?.

Por un momento, Luna pensó que la Multinacional estaba actuando como los políticos del país. Por un lado palabras y muchas palabras. Publicidad y más publicidad. Pero esa publicidad no se acercaba a la realidad ni con toda la imaginación del mundo.
Si con el área de Recursos Humanos han mentido, no quiero ni saber lo que ocurrirá en las otras tres, de las que habla el folleto.

Tras tomarse un café, fue a su mesa a preparar la jornada. En su calidad de psicóloga, tenía que entrevistar a los posibles candidatos para entrar en la empresa. Pura rutina. Siete preguntas capciosas que determinaban si valía la pena contratar a la persona entrevistada.

Esta vez tenía por delante a una chica, número uno de su promoción en la facultad de económicas y también número uno en físicas. Hablaba tres idiomas con fluidez, alemán, inglés y español.
Una verdadera lumbrera. Seguro que se trataba de una de esas chicas con aspecto de empollona, pensó, y con gafas con dos dedos de cristal.

Cuando fue a recogerla a recepción descubrió que sus prejuicios eran falsos. Alta, morena, ojos grandes, con un cuerpo delgado y que vestía elegante pero discreta.
Se llamaba Ester.
Luna la acompañó a una sala y, tras cerrar la puerta, se relajó y abrió la carpeta de la candidata.

– Bueno, Ester. Ya has pasado el montón de test y pruebas y he de decirte que éste es el último paso. En función de esta entrevista te recomendaré para que te entres en la empresa…
– O no – contestó Ester con una sonrisa.
– O no – confirmó Luna -. Pero tampoco seamos pesimistas. Tienes muy buenas cartas. ¿Por qué dejaste tu último empleo?. ¿Problemas?.

Primera pregunta capciosa. Quizás salieran a la luz problemas de relación con sus anteriores jefes.
– Quería mejorar. Además el trabajo no tenía nada que ver con lo que había estudiado.

Prueba superada, pensó Luna.
– ¿Problemas con tus jefes?.
– Ninguno. Me llevaba bien con ellos. Son muy buena gente.
– ¿Cuales son tus principales cualidades, Ester?.
– Me considero emprendedora, constante y me llevo muy bien con los demás.

Correcto, pensó Luna.
– ¿Defectos?.
– Quizás algo arriesgada, algunas veces. Precipitada. Pero eso se arregla con mayor experiencia y contando a cien antes de dar un paso.
– No te preocupes. Me suele pasar lo mismo. Eso, algunas veces me pierde – contestó Luna, quien empezaba a sentirse a gusto con aquella chica. Le parecía sincera. Sus ojos no mentían cuando hablaba.

– ¿Tienes experiencia en el campo en el que quieres trabajar?.
– Dos años, como indicaba en mi currículo, en una empresa de productos farmacéuticos. Ya sé que no es mucha experiencia, pero soy joven. Y receptiva.
Bien, pensó Luna. Concuerda con el currículo. Y ahora, la pregunta del millón. A ver como nos ves.

– ¿Conoces nuestra empresa?.
– Desde luego. Su nombre es muy conocido en todo el mundo. Aún así he estado haciendo averiguaciones.
– Y ¿a qué conclusiones has llegado, Ester?.

– ¿Quieres la verdad?.
– Claro.
– Se trata de una gran multinacional. Quizás sea la número uno en su campo. Le entra dinero en abundancia y es sólida como un roble. Sin embargo…
– Sin embargo… – repitió Luna.

– Sin embargo carece de ética. Usa y abusa en todos los países del mundo. En Colombia ha eliminado a los sindicalistas que han protestado por las condiciones inhumanas de sus fábricas, en Africa es responsable de la muerte de miles de recién nacidos al haberse limitado a vender leches maternizadas sin tener en cuenta que el agua es escasa y muchas veces contaminada y hubiera sido preferible que las madres dieran el pecho a sus hijos, es culpable de haber vuelto a envasar alimentos caducados para venderlos en otros países, de forzar la extracción en manantiales acuíferos, provocando un verdadero problema ecológico en Brasil. Incluso en Costa de Marfil compra café a sabiendas de que allí son explotados niños.

– Me dejas de piedra, Ester. ¿Qué me estás diciendo?.
– La verdad, Luna. El problema es que una empresa tan poderosa tiene poder para silenciar a la prensa. Y por eso nadie dice nada. Pero si quieres saber la verdad, busca por Internet. Hay asociaciones que investigan sobre ello e intentan denunciarlo.

– Si todo eso es cierto, Ester, ¿para qué has venido?. No querrás trabajar en una empresa que actúa de esa manera.
– Pues si. Quiero trabajar en esta empresa. Por una sencilla razón. Soy optimista, tengo ambición y soy joven. Quiero ir escalando puestos de responsabilidad en la Multinacional. Y cuando consiga lo que me propongo, voy a cambiar esta empresa. La voy a convertir en una empresa modelo que se involucre con la sociedad. Incluso pagará impuestos, ya que, aprovechándose de su extraterritorialidad elude el pago de impuestos. Es cierta la cantinela que dice que solamente pagamos los pobres. Los ricos tienen unos setenta paraísos fiscales para ahorrarse impuestos.

– Y ¿cómo quieres que recomiende tu entrada en esta empresa después de lo que me has dicho?.
– Si te lo he dicho es porqué tus ojos no me engañan, Luna. Eres una buena persona. Podía haberme limitado a contestar a tus preguntas con las respuestas que esperabas. Pero he preferido decirte la verdad porqué pienso que no lo estás pasando bien en el trabajo. Y si me contratas, vivirás con una esperanza. Esperanza que tardará años y eso si las cosas me van bien. Pero cada vez que nos crucemos en un pasillo y nos saludemos se reavivará esa ilusión. ¿No te parece?.

Cuando, por la tarde, Luna recibió el email de Ramona, respuesta a su recomendación sobre Ester, lo leyó con el corazón en vilo:
«Organiza la incorporación de esta persona para la semana que viene».

Desde entonces Luna vive más confiada, más tranquila. Incluso ya no da importancia a las secas palabras de su jefa cuando la intenta humillar.
Entonces sonríe, sabiendo que no siempre será todo como hasta ese momento.

Ahora hay un futuro.

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neurotransmisores
15 años ago

Desgraciadamente algunas grandes multinacionales no solo compran nuestra fuerza de trabajo sino que compran nuestra moral y nuestra voluntad.saludos.

Ludwig
15 años ago

Gente como yo, Aqua, se preocupa, pero poco más puede hacer. La gracia está en que haya mucha Ester en las empresas para que las cambien y les den un poco de ética, que buena falta hace.¿Como era eso, Nickosss?, «un pequeño paso para el hombre…». Vamos, que es una manera de empezar.Pues mucho ánimo, Cariátides. Espero que lo consigas.¿Que suerte tiene tu empresa!.

Cariátides
15 años ago

Al igual que Esther, estoy en ello… Así que cuántos más seamos mejor.Gracias, me ayuda a seguir adelante. Besos

Nickosss
15 años ago

El paso por el que empezar, que a veces desencadena en muchos más. Otra vez vuelvo al Che Guevara? Ja, saludos Luis, y gracias por dejar tu firma.Ya renovare

Aqua
15 años ago

Luis, leo tu historia como los niños: con los ojos bien abiertos y dispuesta a sorprenderme. Esta, en particular, me ha gustado mucho. Veo que tus personajes se van mezclando en una trama empresarial inquietante. Ya antes había leído sobre Ramona, y me sorprendió lo terrible que puede ser que exista una persona como ella. El que pueda llegar a pensarlo me dice que es verosímil… Entonces me pregunto: ¿Por qué no puede existir una Ester por ahí? ¿Por qué no pensar que no todo es tan malo? Hay gente, como tu Luis, que se preocupa. Espero que hayan otros.… Read more »

Ludwig
15 años ago

Siempre he pensado Nickosss que, cuando le llegan a uno muchos mensajes de un mismo tipo, por algo será.Quizás estés receptivo…Espero que mucha gente nos oiga, Susana. Algunas veces, sobre todo en el mundo de la empresa, tengo cada vez más dudas.Está bien soñar, pero alguna vez hay que dar aunque solamente sea un paso.

SUSANA
15 años ago

Creo que si Ester no existiera, habría que inventarla.Porque la «ilusión» de un cambio, lo hace posible, aunque nada o nadie a nuestro alrededor nos permita siquiera sospecharlo.Muchas personas como Luna, quisieran cambiar la historia, o al menos, aportar algo para el cambio. Y de hecho fue así, gracias a su reporte, la multinacional y nuestra Ramona, tienen en su seno la semilla de esa empresa modelo, que se involucará con la sociedad.En la actualidad muchos descreen de la ilusión, pareciera que cotiza en baja, junto a otros valores. Pero olvidamos que es precisamente allí, en ese concepto o esperanza,… Read more »

Nickosss
15 años ago

Que ilusiones mas fantasticas.Eso es lo lindo de la vida. Tal como el Che Guevara, confiando en lo que cree y persiguiendo su objetivo a más no poder. Me gusto el mensaje. Ultimamente vengo recibiendo muchos de estos mensajes, por suerte. Me gusta tu blog!! Saludos!!!

Ludwig
15 años ago

Reales, reales, Sophie, no mucho.Unicamente un noventa por ciento. El resto es todo inventado.Desde luego, los hechos son perfectamente reales, Celebrador. Pero conste que la parte que me gusta de la historia, es invención mía.JMdedosrius. Supongo que si pierdo mi utopía, estoy perdido. Necesito, como Luna, tener una esperanza a la que agarrarme.

jmdedosrius
jmdedosrius
15 años ago

Don Luis, los lunes soy más esceptico de lo habitual y mi trabajo no ayuda a que lo sea menos, pero me alegra ver que usted hace suya la utopía que yo perdí en el camino.Salud.

celebrador
15 años ago

Lo caracteristico de este cuentecillo es que (como tú sabes), estás describiendo hechos perfectamente realesNo me refiero a «la luna» sino a lo otroDe todas maneras yo vivo en la Tierra, y aquí, pensar en global y actuar en local (sospecho)

Sophie
15 años ago

¿Está basado en hechos reales? Si es así, me parece increíble. Antes de empezar la carrera pensaría sin dudarlo que sí, basado en hechos reales, que existen personas así. Seis años más tarde, con lo que he vivido y lo visto en el hospital, tengo mi duda; es una pena que sea así, pero he aprendido que no todo el mundo es valiente ni sincero y que quienes lo son, muchos terminan replegándose para no recibir más tortazos.