Felisa y la «cultura de empresa»

– ¡Hola Pedro!. ¿Me has llamado?.

– Si, Felisa. Siéntate.
Pedro llevaba unos meses de jefe de Felisa. Se trataba de un hombre muy trabajador, exigente y duro con sus subordinados.
Felisa le temía, ya que desde que se jubiló Don Paulino, tras veinte años delegando sus responsabilidades en sus jefes de sección y dedicarse ella al «dolce far niente», ahora se veía obligada a trabajar. Pedro, su nuevo jefe, la machacaba a base de pedir informes y más informes. En los pocos meses que llevaba Pedro de jefe, ella había empezado a descubrir cual era el trabajo de su departamento, tras tantos años de ignorarlo.

– La semana que viene – le dijo Pedro – quiero hacerle a nuestro nuevo director general, una presentación de todos los departamentos que están a mi cargo. Por ello, he pensado que cada uno de vosotros, los jefes de departamento, vais a hacer una presentación de los objetivos de vuestros respectivos departamentos. A esa presentación, que haremos en el hemiciclo, asistiran también todos los subordinados ya que quiero que ellos se enteren también de los propósitos que vas a establecer para este año y así los puedan llevar a cabo.
– No hay problema, Pedro. ¿Cuánto tiempo tenemos cada jefe de departamento para hacer la presentación?.
– Cinco minutos. Piensa que sois seis jefes.
– De acuerdo.
Luego ella entregó los informes que tenía pendientes y la siguiente hora la dedicaron a comentarlos.

Cuando Felisa llegó a su despacho, estaba agotada. Despachar con Pedro le ponía muy nerviosa. Quizás porqué le había ocultado la apatía, el mal ambiente que reinaba en su departamento. Durante años había reducido gastos a base de eliminar la formación de sus empleados y ahora estaban completamente desfasados. El dar carta blanca al jefe de una de sus secciones, un verdadero psicópata, al principio dio sus frutos, debido al ambiente de miedo que imperó allí. Pero veinte y pico años más tarde, el miedo había sido sustituido por un ambiente de indiferencia y de rabia. Aquella gente ya no tenía aspiración alguna, sus conocimientos, para un trabajo que requería continua formación, no estaban al día. Ya no corrían por nada. No iban los sábados a trabajar gratis, como siempre habían hecho.

Sin embargo Felisa había vendido a su jefe la idea de que su departamento era una delicia, gracias a su gestión.

Llamó a los jefes de los otros departamentos. Tenía que saber cuales eran los términos empresariales que estaban de moda en aquel momento.
Apuntó en un papel: «proactividad», «sinergia», «excelencia», «priorizar», «alineamiento de objetivos», «key position», «Payroll»…
Luego escribió su presentación. Cuando terminó se dedicó a sustituir las palabras por aquellas que acababa de aprender.
Al terminar la traducción la leyó y quedó prendada de esta frase:
«Plan de implantación, impulso y seguimiento proactivo, al objeto de mejorar la excelencia administrativa y el alineamiento de objetivos».
¡Fantástica!. Había quedado perfecta. Seguro que el director general se quedaba maravillado.
El resto de la semana se dedicó a perfeccionar el discurso.
Y, durante el fin de semana, se lo aprendió.

Llegó el lunes y por fin tuvo lugar la reunión.
Primero habló Pedro, luego uno de los directores y, por fin empezaron los diferentes jefes de departamentos.
Cuando le llegó el turno a Felisa, salió al estrado y empezó a hablar. A pesar de la cantidad de términos empresariales que utilizó, en castellano, en inglés e incluso en francés, no tuvo problema alguno en decirlos con fluidez. Su discurso se ciñó a los cinco minutos que tenía.
Al terminar miró al director, quien le dedicó una sonrisa.
Contenta, feliz, fue a sentarse y escuchó atentamente las palabras del director, que ahora tenía la palabra.
Ëste agradeció las claras explicaciones de todos los ponentes y se levantó la sesión.

Tres días más tarde fue a llevar un informe a Pedro a su despacho.
Tras sentarse preguntó a su jefe:
– ¿Qué te pareció mi presentación?.
– De eso quería hablarte. Me pareció muy clara y muy precisa. Chica. ¡Que envidia me das!. Hice publicar tu discurso y ya me han llamado desde varias publicaciones empresariales para conocerte. La universidad de Harvard y la facultad de Empresariales de la Autónoma de Madrid se han interesado por ti.
– ¿De veras?. Estoy impresionada.
– Ponte en contacto con ellos. Toma. Aquí tienes la lista de llamadas.
– Muchas gracias, Pedro – Felisa se levantó y fue hacia la puerta -. Gracias, de corazón.

Cuando ella se marchó, Pedro suspiró. Estaba congestionado. Esperó unos minutos y luego se soltó. Al principio fue una carcajada tímida, pero que se fue haciendo cada vez más fuerte hasta terminar llorando. Suspiró e intentó contenerse, pero fue incapaz de conseguirlo hasta que no pasaron unos diez minutos. Cuando se tranquilizó, descolgó el teléfono y marcó una extensión.
– Señor director, le habla Pedro. Ya está en órbita.
Luego, ambos se pusieron a reir.

Felisa pidió la excedencia para poder dedicarse a dar conferencias en los distintos foros dedicados a la cultura de empresa. Escribe libros, participa en distintas tertulias empresariales y con el tiempo se ha convertido en un pilar de la cultura empresarial. Cientos de empresarios de todo el mundo pagan fortunas para asistir a sus seminarios.

Pedro, compra todos los libros que publica Felisa. No los lee, porqué sabe, no son otra cosa que palabras vacías. Pero los compra porqué quiere aportar su granito de arena para evitar que Felisa regrese a la empresa.

El departamento que ella dejó, ya jubilado el psicópata, funciona a las mil maravillas. Hay un ambiente de trabajo positivo, camadería y, desde que los empleados terminaron los cursos que les han puesto al día, han sabido ganarse el aprecio, el respeto del resto de la empresa.

Todavía corre por el correo de la empresa el discurso de Felisa. Se ha convertido en un deporte tratar de descubrir su contenido y debido a ello, hay versiones a cientos, de las distintas traducciones que han hecho los empleados.

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Reggis FraPe
16 años ago

Hola:Como ya saben, últimamente he tenido algunos problemas con mi Blog, No me deja publicar, me ha borrado mensajes (Ander, Clau, Zeta, Luis y tal vez algún otro por ahí)Me voló un par de imágenes y me pide la URL correcta ¿?.Un amigo, se ha ofrecido a tratar de rescatar la dirección, así que mientras espero, les aviso que “A veces A diario “ saldrá del aire de la blogosfera momentáneamente.Seguimos en contacto, si así lo desean por medio de correo electrónico.-francopest@live.com.mx-, Un beso a todos y gracias por su paciencia.Los Quiere la Reggis.

Ludwig
16 años ago

Supongo Pizarr hay gente curiosa en ambos sexos: los hombres y las mujeres que ejercen de hombres.Bienvenida a casa. Siéntela como tuya.Reggis. Es precisamente eso lo que me duele: que las palabras son espejo del alma. ¡Con lo sencillo que es explicar algo sin «palabros» rimbombantes!.Modifico tu link y pongo el nuevo.Sil. Tus entradas son como meteoros aquí, en mi blog. Es como si abrieras una ventana y entrara la luz. Muchas gracias por tu felicitación.Besos para todas. Luis

Reggis FraPe
16 años ago

Por algunos problemillas tecnicos, mi URL cambio: http://frappest.blogspot.com/saludos

Sil.*
16 años ago

FELIZ DÍA LUIS!!! MUY FELIZ DÍA!!Un besoSil.*

Sil.*
16 años ago

Luiiiiiiiss!!! Siempre, pero siempre es un verdadero PLACER leerte. Cada vez más siento que haber pasado por tu blog y quedarme en él, ha sido una de las mejores decisiones «blogueras». Qué más puedo agregar yo a todo lo que te han comentado? Simplemente decirte que no hay nada más maravilloso como sentir una palabra sincera en el momento justo, aunque eso, a veces, tenga un precio demasiado alto.Un beso!!Sil.*

Donato
16 años ago

Me encantó.Saludos desde el otro lado del océano.

Reggis FraPe
16 años ago

Hay días en que uno, al escribir, después de pensar su frase y decidir cómo la va a escribir, la primera palabra nacida de su letra es otra. Existen dos formas de continuar. La primera, sencilla, útil pero tan simplemente anodina, es tachar. La segunda, mi favorita, es continuar a partir de ese incierto comienzo, del falso error, a reconstruir la idea con otras palabras. Se podría pensar que esa frase no estaba hecha para ser escrita de esa manera, y que su estructura original sería sin duda mejor a esta aparente improvisación. Pero quizá fue un instinto subconciente, más… Read more »

PIZARR
16 años ago

Gracias por esa visita a mis letras sobre los Manuscritos. Por ella estoy ahora yo aqui conociendo tu blog.Me muevo en el mundo de los objetivos, la excelencia, la calidad y esas cosillas de hoy… y desde luego tu entrada y la descripción de Felisa nosabes como em suena, aunque hasta ahora me la haya encontrado siempre con traje y corbata.Un saludo desde Bilbo.

Ludwig
16 años ago

Pues ¿qué quieres que te diga, jmdedosrius?.Me parece fantástico que un padre aprenda de la visita guiada por su hijo al jardín botánico.¡Enhorabuena!.

jmdedosrius
16 años ago

Aclaración, estuve en el Jardín Botánico de Barcelona y visité los fitoepisodios mencionados. Lo de fitoepisodio es de mi hijo mayor, yo desconocía ese palabro.Salud.

jmdedosrius
16 años ago

Estaba en Australia y tras recorrer Chile y Sudafrica volví a Dosrius, pero se me hizo tarde, incluso para participar como diana, aunque sería una diana fácil, ya sabes.Salud.

Ludwig
16 años ago

Es curioso, Susana, el hecho de que tu escribas sobre mujeres, que fueron especiales, incluso ejerciendo la prostitución y yo haya sacado a una mujer que no llega ni al tobillo de las que tu describes.Jmdedosrius. El mundo está repletito de gente que valora las cosas que los demás valoran.Es el síndrome de Mari Pili, por cierto.Por cierto, no te vi en la tirada social. Ni siquiera como diana.

jmdedosrius
16 años ago

En un pasaje del libro Bella del señor se relata una reunión de la antigua sociedad de naciones a la que asiste una secretaria que toma notas del evento. Cada uno de los representantes de los países participantes en la reunión lanza su discurso y la secretaria escribe todo lo que oye pero no entiende absolutamente nada de ello y el autor del libro sospecha que la única persona inteligente de la reunión es la secretaria. Pensaba en ese parrafo mientras asistía a una reunión con un antiguo gerente de mi hospital. Cuando lanzaba un mensaje todos los jefes de… Read more »

susana
16 años ago

Ah, Luis! Por fin alguien le pone el cascabel al gato!Éste ha sido uno de los cuentos tuyos que más he disfrutado!Magistral! Sobre todo porque el perfil de los personajes, y sobre todo el de Felisa, se acomodan perfectamente en la realidad de todos los días.Y todo ésto lo digo con «conocimiento de causa» en territorio y porque aún tengo en mi biblioteca muchos libros que bien podrían haber sido escritos por esta mujer!Sospecho a estas alturas (y te cuento que la sospecha está teniendo cara de certeza)que estos profundos conocimientos del mundillo empresarial te vienen de «primera mano». Como… Read more »

Ludwig
16 años ago

Nieve. Me ha encantado tu historia.Es cierto. Las palabras son muy importantes.Desgraciadamente, en mi historia, las palabras de Felisa son huecas por tratar de convencer a sus jefes de su «profesionalidad».Cuando las palabras no reflejan una actitud real…Malo. En este caso, Neurotransmisores, es así. No hay más que escuchar a nuestros políticos. No dicen nada.Pues así a bote pronto, Aqua, cinco de los seis que hablaron en las presentaciones, no dijeron nada. Todo pura palabrería.Un abrazo desde el norte (de Africa, quizás). Luis

Aqua
16 años ago

Ah! las palabras son maravillosas, lástima que con frecuencia se las use tan mal. Cuántas Felisas habrá por ahí?Te dejo un beso del sur!

Neurotransmisores
16 años ago

Suele pasar que en algunas conferencias no se diga nada concreto.Saludos.

nieve
16 años ago

Conoces la historia del ciego?… Es esta:Había un ciego sentado en la vereda, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía:«POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO».Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna, su gorra estaba llena… Read more »