Interrogando a un testigo

ABOGADO:- Señorita Talliot. ¿En serio espera que el tribunal crea que la tarde de noviembre del pasado año, el mismo día y le recuerdo al tribunal, que se realizó el horrendo crimen del que está acusado mi cliente, usted se encontraba paseando simplemente por el parque?.

TESTIGO:- Es lo que hacía.

ABOGADO:- ¿Es lo que qué?.
TESTIGO:- Es lo que hacía.

ABOGADO:- ¿Así que es lo que hacía?, ¿verdad?. Me pregunto señorita Talliot si usted sabía que la escritora americana Gertrud Stain ha confesado ser lesbiana.
TESTIGO:- Bueno. Eso creo.

ABOGADO:- ¿Eso cree?… Señorita Talliot, Gertrus Stain es una de las más grandes y célebres novelistas del siglo 20. Sus tendencias lésbicas son de dominio público.
TESTIGO:- Sí.
ABOGADO:- Sí. Pero usted sólo cree que es lesbiana.

TESTIGO:- Bueno, realmente nunca pensé en ello. Nunca he leido ninguno de sus libros.
ABOGADO:- Oh, venga, venga, Señorita Talliot. Todo el mundo sabe que hay, no más lejos de dos calles de su piso, una librería donde los trabajos de Gertrude Stein están libremente expuestos.

TESTIGO:- Oh.
ABOGADO:- Sí, oh. ¿Y le pide al jurado que crea que en las numerosas ocasiones en las que debe, durante el transcurso de sus deberes como mujer, haber pasado por esta tienda mientras compraba, por ejemplo, nunca entró en el establecimiento y compró un solo volumen de esta escritora abiertamente lesbiana?

JUEZ:- Señor Foley, me temo que realmente no acierto en ver a donde nos conduce esta línea de interrogación.

ABOGADO:- Bien, con el permiso de Su Señoría, estoy intentando establecer que este testigo ha sido culpable de tejer una capa transparente de falsedades, un catálogo de mentiras, y que lejos de ser la respetable presidenta de beneficencia infantil y la hija del embajador, que mi erudito amigo, el abogado de la acusación nos quería hacer creer, ella es, de hecho, una activa, promiscua y devoradora lesbiana.

JUEZ:- Ya veo, bien, continue. Pero, Señor Foley, debo advertirle que si intenta intimidar o hundir a esta testigo tendré una opinión indecente de usted.

ABOGADO:- Su Señoría es muy cariñosa.

JUEZ:- Lo sé perfectamente. Puede proceder.

ABOGADO:- Es usted consciente, Señorita Talliot…

TESTIGO:- En realidad soy señora.

ABOGADO:- Oh, oh, lo siento, le pido disculpas… Oh, bien, si quiere darle importancia a ello… yo, por mi parte, no pienso impedírselo, Señora. Talliot, ¿es así como prefiere que la llame?.

TESTIGO:- Bueno, es como mi marido prefiere que se me conozca.

ABOGADO:- Ah, sí, su marido. Su marido, es un renombrado obispo…
TESTIGO:- Sí.

ABOGADO:- Sí, un obispo en la religión… la Iglesia anglicana… creo que se la considera así; que posee tierra. Mucha tierra. Tierras sobre las que se construyen casas. Casas en las que es estadísticamente probable que se hayan cometido actos privados de lesbianismo.

JUEZ:- Sr. Foley, siento de nuevo que debo interrumpirle. Yo mismo soy miembro de esa iglesia. ¿Implica esto, a tenor de sus ideas centrales, que soy una lesbiana?.

ABOGADO:- No, no, Su Señoría me malinterpreta.
JUEZ:- Bueno, eso espero. Espero que esté muy lejos el día en el que sea acusado de haber hecho el amor con mi mujer.

ABOGADO:- Nunca me atrevería a atacarle, su Señoría.

JUEZ:- La atracción a las mujeres, la cual es rechazada como debería por las personas sensibles, no es en sí misma un crimen.
ABOGADO:- La autoría y sabiduría de su Señoría no es una nadería.

JUEZ:- Debemos recordar por consiguiente, Sr. Foley, en nuestro entusiasmo de llegar al fondo de esto, que la Srta. Talliot no esta siendo enjuiciada. Ella es un testigo. Por muy depravados y alocados que sean sus actos de lujuria, estos, en toda su desagradable y depravada bestialidad, no son por si mismos el tema de este tribunal.

ABOGADO:- Su Señoría es adorable, mi lord.

JUEZ:- Muy bien. Continue.

ABOGADO:- Gracias, mi amor. Ahora, no le propongo, Srta. Talliot, que agobie al jurado con más detalles de su sórdida y vergonzosa carrera erótica más de lo necesario. Simplemente deseo saber, para mi propio entendimiento, como es que usted espera que un jurado Brítanico crea en el testimonio de una monstruosa bollera como usted y se ponga en contra de un respetable hombre de negocios.

TESTIGO:- Yo solamente estoy contando lo que ví.

ABOGADO:- ¿Lo que vió?. ¿Lo que vió a través de esos ojos cegados de lujuria?… ¿Lo que usted vió enloquecida por los precarios juicios de sus prácticas tan conocidas?.

TESTIGO:- Lo que yo ví cuando volvía de la reunión del Consejo Parroquial.

ABOGADO:- ¿No es un hecho, Srta. Toilet, que las palabras «Consejo Parroquial» son un anagrama infame de las palabras «conejos parroquiales»?
TESTIGO:- Oh…

ABOGADO:- Está dudando, Srta. Talliot.
TESTIGO:- Bueno, yo …

ABOGADO:- Sigue condenándose por su propia contaminada y sucia mente.
TESTIGO:- Yo…
ABOGADO:- No más preguntas.
TESTIGO:- Bueno…

ABOGADO:- No más preguntas. Gracias Señora Talliot.

JUEZ:- Puede sentarse, Señor Lesbiana.

TESTIGO:- Oh.

TESTIGO:- ¿Estarás para el té esta noche, Jeremy?

ABOGADO:- Por supuesto madre. Iré acompañado del señor juez.

Se trata de una traducción (libre) de un sketch de la serie «A Bit of Fry & Laurie». La encontré hilariante.
Dedicado a mis dos lectores abogados: Cornelivs y Xavi.