Ramona y la «tolerancia al estrés»

«El hombre es un milímetro por encima del mono; cuando no, un centímetro por debajo del cerdo». Pío Baroja

La Sra. Ramona, jefa de Recursos Humanos, fue llamada una vez más, por el Director General.

– Ramona – empezó diciendo el Director – estoy preocupado por la imagen de la empresa. He estado mirando estadísticas de absentismo y es sorprendente la gran cantidad de gente que está de baja: por depresión, por infarto, por úlceras…
– No lo entiendo demasiado yo misma. La atmósfera de trabajo en la casa es formidable. Quizás los cambios que hemos realizado los últimos tres años han podido crear un cierto estrés.
– Pues, analícelo e intente establecer un plan para que disminuya el absentismo. Si esto trasciende, no vea como puede ponerse la prensa con nosotros.
– Me pondré inmediatamente.

Ramona fue a su despacho y empezó a meditar sobre este tema.

Precisamente la semana anterior, la había visitado el gerente de la compañía de seguros que tenía asegurado al personal de la multinacional y le dejó caer que estaban gastando una verdadera fortuna por pagar indemnizaciones por enfermedad e incluso por muerte.
Tenía que atajar esta epidemia como fuera.

– ¡Blandos! – pensó -. Esta gente de hoy en día son todos unos blandos.

Reunió a todos los jefes de personal y les explicó el problema.
– Tenemos que encontrar una solución a esto. Os doy dos días para que lo analicéis y nos volvemos a reunir.

Pasaron dos días. Cuando Ramona reunió a sus subalternos y les preguntó las conclusiones, se hizo un gran silencio en el despacho.
Únicamente Luna intentó decir algo.
– He estado investigando…

– Y, seguro que me cuentas lo mismo que la última vez – cortó Ramona -. Exceso de trabajo, jefes déspotas… Escucha, con atención, Luna. Te lo voy a decir de forma que, incluso tú, seas capaz de entenderme. Tu aproximación emocional a este tema te impide ver las cosas con objetividad. Estoy harta de tener que defenderte de las cosas que dicen de ti tus compañeros. Siempre he pensado que el hecho de que tengas la cabeza llena de pájaros se debe a algún trauma de tu infancia no superado. Quizás no te dieron cariño de pequeña…(*)

Luna, con los ojos llenos de lágrimas se levantó y abandonó el despacho.

– Bueno – prosiguió Ramona – ¿alguien tiene alguna idea útil?.
Silencio absoluto.
– Pues vaya ayuda la vuestra. Venga. Largaros a hacer algo útil. Ya me espabilaré yo sola.

Pasaron semanas hasta que Ramona dio con la solución. Desde luego no se preocupó por los motivos de tantas personas de baja por depresión, ni de las razones de tanto absentismo por problemas físicos. Para ella, toda esa gente era débil, sin energía.
Lo habló con el abogado laboralista de la empresa y con el director de la casa de seguros, así como con el médico de empresa.

Luego miró dónde poner la cláusula. En el contrato de trabajo era imposible hacerlo, ya que cualquier juez la podía invalidar. Entonces se acordó de que todos los trabajadores de la empresa tenían un documento de «descripción del puesto de trabajo».
En ese documento se indicaban los requisitos del trabajo, las aptitudes y las tareas a realizar.

Así, en el apartado de requisitos introdujo uno más: «TOLERANCIA AL ESTRES».
Con ese añadido, el trabajador aceptaba ser capaz de soportar el estrés y sus secuelas, tanto físicas como psíquicas. De esta manera, Ramona podría despedir a quien no cumpliera con ese requisito.

Y vaya si lo hizo. Como no podía cambiar todas las descripciones de los casi cuatro mil trabajadores de la empresa, se limitó a añadir el requisito en todas las nuevas descripciones que se hicieron, así como cada vez que había un cambio de departamento, un traslado ó un ascenso.

Con el tiempo comprobó que era eficaz. Sobre todo cuando despidió a las primeras personas que estuvieron de baja por depresión. El requisito les impidió poner una demanda a la empresa. Ellos eran culpables por incumplimiento de la cláusula de «TOLERANCIA AL ESTRES».

Como la pólvora, la voz corrió y empezaron a disminuir las bajas que podían achacarse al estrés.
En pocos años, apenas quedaban trabajadores sin la cláusula nefasta. Cualquier excusa servía a Ramona como pretexto para revisar su descripción del puesto de trabajo y así añadirla.

Ramona, una vez más, estuvo a la altura de las circunstancias.
Apenas había absentismo. Todos iban a trabajar estando como estuvieran.

Cierto que, por primera vez, hubo suicidios.
Y muchos murieron trabajando.
Pero tampoco los herederos de los fallecidos pudieron cobrar el seguro de vida, por culpa de la maldita cláusula.

Desde entonces, cada año, Ramona recibe en Diciembre, una gran cesta navideña.
Regalo del director de la compañía de seguros.

(*) Ramona hace uso de lo que llaman algunos, «terrorismo conversacional». En lugar de rebatir con argumentos prefiere destrozar psicológicamente a Luna.

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yraya
15 años ago

Pues me imagino que esa cláusula aunque sea de manera imaginaria, la utilizan muchas empresas…Un saludo

Sil.*
15 años ago

No Luis, aún no soy «esclava de empresa» pero viendo la «conciliación de vida familiar con el trabajo» te diré que tal vez no me falte mucho. Joder!!Gracias por los datos, tendré que estar más atenta. Otro joder!!Un beso que cruza océanos y se posa en tu mejilla lleno de imaginación!!Sil.*

Ludwig
15 años ago

Muchas gracias por tu visita, Mucha. Por lo que veo, mi blog ha llegado hasta Miami.Considera, ésta, tu casa.Un abrazo.Neurotransmisores.Si la Sra. Ramona es esclava de empresa, ¿qué son sus víctimas?. ¿Víctimas de los esclavos de empresa?.Sil. Espero no te hayas convertido en «esclava de empresa». Hay un concepto muy curioso en la «cultura de empresa» que es la «conciliación de la vida familiar con el trabajo». En teoría parece, se trata de que los trabajadores tengan tiempo para ellos, que no hagan más horas que un reloj en el trabajo y no desatiendan la familia (y por qué no… Read more »

Sil.*
15 años ago

Luis!!! Escapando del trabajo he venido a saludarte.No te he olvidado, pero te tengo medio abandonado. Sabrás perdonarme??Te dejo un beso y un abrazo bien apretado!!Sil.*

Neurotransmisores
15 años ago

A estos personajes como la Sra. Ramona les podríamos denominar «esclavos de empresa».

mi despertar
15 años ago

Fascinante tu escrito. me alegra haberte encontrado .te dejo abrazos desde el silencio de la tarde

Ludwig
15 años ago

Yo diría, Susana, que Ramona es el producto de una época, ya cerca de su jubilación.Incluso te diría una cosa: hace lo que hace porqué no sabe hacer otra cosa.Ha aprendido a ser así porqué su escuela es la de un montón de gente, ya jubilada, que pertenecía a otra época y otra mentalidad.Afortunadamente las cosas están cambiando, aúnque lentamente.Tengo la sospecha, Jmdedosrius, que esas pérdidas de mensajes, no suelen pasar con un sistema Linux.Insisto en lo que le comentaba a Susana. Las cosas están cambiando. La prueba puede ser este Blog. Hace quince años, ¿qué particular podía decir lo… Read more »

SAUVIGNONA
15 años ago

NO RAMONA DE NUEVO NOOOOOOOOME LA ACUERDO TAL CUAL LA DESCRIBI RECUERDAS????UN BESIN!!!!

pollo
pollo
15 años ago

que fuerte.. el mundo cada dia está peor. No entiendo como puede haber personas que viendo el sufrimiento de sus semejantes puedan machacarlos aun mas en vez de ayudarlos. Se que hay gente asi, pero no me cave en la cabeza.Estaría bien que la tan Ramona, en un momento dado, padeciera estrés, me gustaría saber que haría.Un escrito muy duro… pero real.

jmdedosrius
15 años ago

Don Luis, voy a dimitir como comentarista. No consigo publicar mis humildes apuntes. La informática es casquivana, lo sé. En fin comentaba a modo de síntesis que el hombre sigue siendo un lobo para el hombre. Y en esta época en la que estamos condenados a habitar, todavía más. Pero recuerde siempre lo de San Martin y los cerdos y espere a ver pasar el cadáver de su enemigo, pues todo llega. Lo sé. Doy fe.Salud.

SUSANA
15 años ago

Después de leer este nuevo cuento-por cierto muy bueno y entretenido- la palabra jungla tiene apropiadamente un nuevo significado (y deberían incluirlo en el diccionario de la RAE)Porque si el comportamiento de Ramona y sus cómplices no puede catalogarse de «salvaje» y digno de un habitante de la jungla, debemos retirarnos a meditar sobre el comportamiento humano!«Ramona y la «tolerancia al estrés»» no tiene nada de ficticio, salvo los nombres, imagino. Lo demás corresponde a las nuevas formas de «selección natural de la especie humana».Es un triste espectáculo de masacre, sin el consuelo de la sangre. Los individuos son arrinconados,… Read more »

Ludwig
15 años ago

Supongo, Sophie, que la denominación del chantaje emocional ó golpe emocional, ha evolucionado con los tiempos.Touche, por cierto. El psicópata tiene miedo de los demás y su manera de vencerlo es reafirmarse, destrozando psicológicamente a quienes se lo permiten.Fcodosrius. No hay razón para fusilarte. Basta con pensar que es posible y que hay quien actúa así. Si he conseguido que lo creas posible, me doy por satisfecho.Si quieres la verdad, Isabel, he de decirte que el truco para contar estas historias consiste en trabajar en un lugar en donde se producen. Quizás exagero alguna, pero suelen ser basadas en hechos… Read more »

María Jesús Lamora
15 años ago

Nos volvemos a encontrar; es un placer recíproco.

Isabel Romana
15 años ago

Es impresionante. ¿De dónde sacas estas historias? Da escalofríos pensar que estén ocurriendo en la realidad. El tipo de Ramona no me extraña, pues siempre ha habido depredadores como ella, pero la solución que ha encontrado para destrozar aún más a los empleados es tan cruel… Estos perfiles que trazas son realmente espeluznantes y eficacísimos. Saludos cordiales.

Anónimo
Anónimo
15 años ago

Hola luisEsta vez sí que te creo (sin esfuerzo)No lo he vivido en primera persona, pero he visto algo de lo que cuentas.De todas formas aunque puede que no sea políticamente correcto decirlo aquí, mi experiencia (como testigo -a veces privilegiado-), es ver el otro lado de la barrera.Y me parece que se abusa tanto, pero tanto, que genera como rebote situaciones esperpénticas.Ala a fusilarme.fcodosrius.

Sophie
15 años ago

Me he quedado alucinada, sobre todo porque esta situación la he visto ( afortunadamente no la he padecido) Más que terrorismo emocional, yo la conocía como golpe emocional y chantaje emocional, dar por donde más duele y menos viene a cuento. Y suelo pensar que quienes hacen eso son personas con miedo a los demásy a sí mismos, que no saben relacionarse, personas amargadas que quieren mantenerse en su puesto y hacer las cosas a su manera cueste lo que cueste.